En la gran mayoría de los casos, la tortícolis está causada por una simple distensión o un desgarro que se cura por sí solo en unos días. Sin embargo, existen varias opciones de tratamiento para reducir el dolor y facilitar la curación siguiendo uno o varios de los consejos que se ofrecen a continuación.
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Cuidados personales para la tortícolis
Una persona puede hacer varias cosas por sí misma para empezar a tratar la tortícolis. Estas son algunas estrategias comunes de autocuidado:
Terapia de frío o calor
La terapia de frío y las compresas de hielo ayudan a aliviar la mayoría de los tipos de tortícolis, ya que reducen la inflamación local. La aplicación de hielo durante las primeras 24 a 48 horas de un brote doloroso suele ayudar mucho a reducir la inflamación. La aplicación de calor en el cuello puede estimular el flujo sanguíneo, lo que fomenta un mejor entorno de curación. Algunos pacientes prefieren el hielo, mientras que otros prefieren el calor. Ambos pueden utilizarse alternativamente.
Reposo
Tomarse uno o dos días con calma da a los tejidos lesionados la oportunidad de comenzar a sanar, lo que a su vez ayudará a aliviar la rigidez y los posibles espasmos musculares. Por ejemplo, a una persona que hace natación seguramente le convendrá evitar durante unos días ciertas brazadas que implican girar mucho la cabeza. Sin embargo, se recomienda limitar el reposo a uno o dos días, ya que demasiada inactividad puede provocar un debilitamiento de los músculos, y los músculos débiles tienen que esforzarse para sostener adecuadamente el cuello y la cabeza.
Medicamentos de venta libre
Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), que reducen la inflamación, suelen ser la primera línea de tratamiento para la rigidez y el dolor de cuello. Los tipos más comunes de AINE son el ibuprofeno (por ejemplo, Advil o Motrin) y el naproxeno (por ejemplo, Naprosyn). Incluso los medicamentos de venta sin receta tienen riesgos, posibles efectos secundarios e interacciones con otros fármacos (o alimentos o suplementos), así que asegúrese de consultar con un farmacéutico o un médico sobre cualquier medicamento.
Estiramientos suaves
Los estiramientos, en la medida en que se toleren, ayudan a aliviar la rigidez y a devolver al cuello una amplitud de movimiento más natural. Para muchas personas, es buena idea aprender a realizar los estiramientos adecuados con la ayuda de un fisioterapeuta u otro profesional médico calificado.
Ejercicio aeróbico de bajo impacto
Además de los estiramientos, cualquier forma de ejercicio aeróbico de bajo impacto, como caminar, suele ser útil para aliviar cualquier tipo de rigidez. Aunque caminar no afecte directamente al cuello, ayuda a que circule oxígeno por los tejidos blandos de toda la columna vertebral, lo que a su vez favorece la curación.
Distintas combinaciones de estos tratamientos podrían funcionar mejor para algunas personas que para otras, según el caso y la gravedad de la distensión muscular o el desgarro. Para encontrar el plan de tratamiento que mejor se adapte a su caso, es posible que necesite de mucho ensayo y error.
Cómo reducir el riesgo de padecer tortícolis
Aunque la mayoría de las personas sufren tortícolis de vez en cuando, se pueden tomar algunas medidas para reducir las probabilidades o la frecuencia. Estas son algunas estrategias comunes para reducir el riesgo de desarrollar tortícolis:
- Adoptar una buena postura. Adquirir el hábito de adoptar siempre una buena postura puede contribuir en gran medida a prevenir dolores y molestias. Algunos ejemplos podrían incluir crear una estación de trabajo ergonómica, levantar objetos pesados haciendo fuerza con las piernas en lugar de con la espalda o dormir boca arriba o de lado con una almohada ergonómica. Ser consciente de la postura a lo largo del día puede mantener la columna vertebral alineada de forma natural y minimizar la tensión en el cuello.
- Mantener el cuello fuerte y flexible. Cuando los músculos del cuello son fuertes y flexibles, son más capaces de mantener una buena postura y menos propensos a sufrir espasmos y dolor. Un fisioterapeuta u otro profesional médico puede ayudar a diseñar un programa de fisioterapia con ejercicios y estiramientos para el cuello que la persona pueda seguir. Después de aprender lo que funciona en su caso, la persona puede mantener la fuerza y flexibilidad del cuello continuando con los ejercicios y estiramientos en casa.
Además de reducir el riesgo de tortícolis a corto plazo, mantener un cuello fuerte y flexible y adoptar una postura correcta puede ayudar a mantener la columna cervical más sana a largo plazo.