Los tejidos blandos que rodean la columna vertebral también desempeñan un papel clave en el dolor lumbar.
Hay un grupo grande y complejo de músculos que trabajan juntos para sostener la columna vertebral, ayudar a mantener el cuerpo erguido y permitir que el tronco del cuerpo se mueva, gire y se doble en muchas direcciones.
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Los músculos extensores, flexores y oblicuos y el dolor de espalda
Hay tres tipos de músculos de la espalda que ayudan al funcionamiento de la columna vertebral: extensores, flexores y oblicuos.
- Los músculos extensores están unidos a la parte posterior de la columna vertebral y permiten estar de pie y levantar objetos. Entre estos músculos se encuentran los grandes pares de músculos de la parte inferior de la espalda, llamados erectores espinales, que ayudan a sostener la columna vertebral, y los músculos de los glúteos.
- Los músculos flexores están unidos a la parte delantera de la columna vertebral y permiten flexionar, inclinarse hacia adelante, levantar y arquear la zona lumbar.
- Los músculos oblicuos están unidos a los lados de la columna vertebral y ayudan a rotar la columna vertebral y mantener una postura correcta.
El papel de la actividad física y el ejercicio en el mantenimiento de la salud muscular
El fortalecimiento de los músculos de la espalda ayuda a reforzar el apoyo de la columna vertebral.
Los músculos de la espalda, como cualquier otro músculo del cuerpo, requieren un ejercicio adecuado para mantener la fuerza y el tono.
Mientras que músculos como los glúteos (en los muslos) se utilizan cada vez que caminamos o subimos un escalón, los músculos profundos de la espalda y los abdominales no suelen ejercitarse activamente durante la actividad diaria. A menos que se ejerciten específicamente, los músculos de la espalda y los abdominales tienden a debilitarse con la edad.
La fisioterapia y los ejercicios de espalda para tratar el dolor lumbar en la parte baja de la columna suelen centrarse en fortalecer los músculos flexores, extensores y oblicuos para ayudar a reforzar el soporte de la columna y, a su vez, reducir el dolor lumbar y, en ocasiones, eliminar la necesidad de cirugía.
Los músculos de la espalda y el dolor lumbar
El estrés puede hacer que los músculos de la espalda se tensen, causando espasmos y dolor.
Cuando las articulaciones facetarias o algunas otras estructuras de la columna se lesionan o inflaman, los músculos grandes de la espalda pueden sufrir espasmos y provocar lumbalgia y una marcada limitación del movimiento.
Un episodio de lumbalgia que dure más de dos semanas puede provocar debilidad muscular (como usar los músculos es doloroso, se tiende a evitar usarlos). Este proceso conduce al desgaste muscular y al consiguiente debilitamiento, lo que a su vez provoca más dolor de espalda porque los músculos de la espalda son menos capaces de ayudar a sostener la columna vertebral.
El estrés crónico también puede provocar debilidad muscular y dolor de espalda. El estrés hace que los músculos de la espalda se contraigan en una respuesta de lucha o huida, privando a los músculos de la energía necesaria para sostener la columna vertebral.
Otra estructura clave en el dolor lumbar son los músculos isquiotibiales, los grandes músculos de la parte posterior de los muslos. Los pacientes con isquiotibiales tensos tienden a desarrollar lumbalgia, y los que padecen lumbalgia tienden a desarrollar isquiotibiales tensos.
La fuerza y la flexibilidad musculares son esenciales para mantener la posición neutra de la columna vertebral. Tener los músculos abdominales débiles hace que los músculos flexores de la cadera se tensen. Esto, a su vez, provoca un aumento de la curvatura de la zona lumbar.
Cuando la curvatura es excesiva, se produce una postura poco saludable denominada lordosis o espalda ladeada. Una postura correcta corrige los desequilibrios musculares que pueden provocar lumbalgia al distribuir uniformemente el peso por toda la columna vertebral.
